miércoles, 8 de abril de 2009

Libertad de educacion.

Soy una madre muy preocupada por la libertad. En estos últimos dias recuerdo mi adolescencia cantando una preciosa canción del grupo Jarcha que llegó a estar censurada un tiempo. Pero la juventud de entonces no dudábamos en cantarla: “libertad, libertad, sin ira libertad, y si no la hay, sin duda la habrá”. Pero es triste tener que desempolvar viejas canciones para el escenario de nuestros dias. En un estado de derecho, con unas garantías democráticas para toda la pluralidad de personas, es inconcebible que se arremeta contra unos padres que han elegido un tipo de educación para sus hijos. Y no voy a hablar hoy de EpC, esa asignatura de obligado cumplimiento y que ha convertido la educación en un tema judicial. Esta vez me refiero a la postura y presiones que los sindicatos ultraradicales están llevando contra los colegios con enseñanza diferenciada para que no se les renueven los conciertos. Y me pregunto yo, ¿es que les van a recortar las subvenciones a los sindicatos y por eso están tan enfadados? Porque desde luego, con mis impuestos y los de muchos ciudadanos se les conceden estas subvenciones, y también los conciertos para la educación. Por tanto, yo no me quejo (todavía) de las partidas que de los fondos públicos el gobierno destina a sindicalistas y sindicatos. Por favor, dejen en paz a los padres que queremos una educación diferenciada, que por cierto en los países con mucho mejor nivel educativo que en España abundan estos colegios. No es sexismo, no es desigualdad ni discriminación por sexo, es simplemente una opción de modelo educativo. ¡Es libertad!. Pero les molesta a todos aquellos que no son capaces de respetar las ideas de los que no piensan como ellos.
Nunca fue bueno tener una única manera de ver las cosas, un único partido político, un único sindicato, una única forma de pensar. Y no es bueno porque empobrece a la sociedad, al ser humano. Agradezcamos que seamos diferentes, que podamos pensar de distinta manera, que podamos votar a distintos partidos políticos, que podamos o no, afiliarnos al sindicato. Porque si no reconocemos esta suerte, al final terminaremos en un país totalitario, recortando las libertades y con unos jóvenes cantando a escondidas: “libertad, libertad, sin ira libertad, y si no la hay, sin duda la habrá”.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario