viernes, 17 de abril de 2009

Carta de mi amigo Joaquin

Los magistrados del Tribunal Supremo han sentenciado que la protección de un derecho fundamental requiere que éste sea violado con carácter previo. En las materias conocidas como Educación para la Ciudadanía, el estado se arroga el derecho a "formar la conciencia del alumno" (como se postula en la legislación). Ante ese desafío, la judicatura pone trabas a la oposición de los padres a la norma, aduciendo que las lesiones concretas aún no se han producido. Mi sentido común me dice que según esta doctrina, si un día existiera una ley que concediese el derecho al Estado a "disponer de la vida de mis hijos", yo no podría oponerme de manera activa hasta que mi hijo no hubiese sido asesinado o secuestrado. Señores magistrados, los padres no necesitamos "consejitos" para una batalla desigual cuerpo a cuerpo, colegio a colegio con el Estado, sino que ustedes protejan efectivamente los derechos fundamentales que, como ciudadanos que contribuimos a pagar sus nutridas nóminas, tenemos. Una minoría nada desdeñable de los magistrados del Tribunal Supremo y la mayoría del resto de juzgados y tribunales de nuestro país así lo han entendido con sus votos particulares y resoluciones. En todo caso no desistiremos en nuestro empeño de que la razón se imponga por penosa y larga que sea la lucha.
Joaquín Gómez Sánchez

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