viernes, 5 de septiembre de 2008

Talavera de la Reina, 5/09/2008



Un nuevo curso escolar ha comenzado. A la ilusión de libros nuevos, carteras, bolígrafos de diseño, cuadernos variados, etc.… este año se añade una gran preocupación de muchos padres: la nueva asignatura “Educación para la Ciudadanía”. Esta asignatura es obligatoria en todo el territorio Español. Pero en cada comunidad autónoma se ha ido implantando con un calendario distinto. Pero este año académico se impone ya en dos cursos de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO). En la historia de la democracia, no ha existido una asignatura que levantara tanta polémica y preocupación en los padres y profesores. ¿Cuál es el motivo? Principalmente, porque en el currículo de esta asignatura se han introducido contenidos dudosamente morales. En el principio del Decreto Ley, se señala que la finalidad es la construcción de la conciencia moral del alumno. Y eso es algo muy peligroso, pues el gobierno se ha erigido con el derecho a educar en temas morales, sin atender a las convicciones religiosas y morales de la mayoría de los padres. Y en la España democrática, el estado es subsidiario de la educación de nuestros hijos, es decir, tiene que facilitar y garantizar, según la Constitución Española art. 27.3, el derecho a que los padres podamos escoger la educación moral y religiosa según nuestras convicciones. Los padres, hemos visto vulnerado este derecho y hemos buscado asesoramiento jurídico para hacernos respetar. Para muchos, esta asignatura es un caballo de Troya con el que tratan de imponer una Ideología concreta que, será lícita, pero no imponible. Así, encontramos en esta asignatura mucha obsesión por introducir el relativismo moral, el positivismo jurídico, la ideología de género, la distinción entre una moral publica y privada. Por eso, en España se han presentado más de 44.500 objeciones de conciencia a esta asignatura. Es un movimiento cívico imparable que ha surgido espontáneamente. Pero que al mismo tiempo ha creado unas relaciones humanas cimentando un grupo muy sólido que ha logrado hasta ahora, y con la desinteresada ayuda de muchos abogados y juristas, un gran numero de sentencias a favor de la objeción, y centenares de medidas cautelares para no entrar a clase hasta que se pronuncie el Tribunal de justicia.
¿No es suficiente para que esta asignatura se paralice? ¿Por qué no elaboramos una que no vulnere derechos ni trate de establecer una ideología en la escuela?
¿Por qué tanta obsesión por desacreditar a los padres objetores, cuando la mayor parte de los tribunales españoles esta dándonos la razón? Nos tachan de desobedientes por no cumplir la ley: pues cámbienla, ajústense a unos temas cívicos, democráticos, en los que todos podamos estar de acuerdo. Continuamente estamos observando como se cambian las leyes (la ley del matrimonio homosexual regularizó unas 3.000 situaciones), se anuncian nuevas leyes abortistas… ¿Por qué entonces esta Ley de educación es inamovible? ¿No será que hay grupos o lobbys muy influyentes en la sociedad (no por número, sino por el ruido que hacen) que están interesados en imponer su filosofía a nuestro hijos, para que pasados unos años, todos piensen de esa manera? A mi esto me suena a totalitarismo de estado. Y no olvidemos que esta asignatura introduce una nueva forma de evaluación: no se evalúa solo los conocimientos, sino también si el alumno ha asimilado y se identifica con los conocimientos aprendidos.
Desde las asociaciones y plataformas que hemos creado en cada ciudad (más de 90 en este momento) tratamos de ponernos en contacto con los responsables de Educación en cada comunidad, pero nos tratan con desprecio. También el presidente del Gobierno de España nos ignora, a pesar de las continuas cartas con acuse de recibo que le mandamos. Eso si, la ministra de Educación, a través de los medios de comunicación, no para de amenazarnos. ¿No podrían mostrar un poco del talante y diálogo que tanto proclaman a voces y sentarse a escucharnos? Quizás soy un poco torpe y no entiendo que debe haber distintos tipos de dialogo y el que están usando con nosotros, los padres objetores, es ese de “habla chucho que no te escucho”.
Pues nada, seguiremos hablando alto y claro para que nadie piense que vamos a dejar de luchar por la libertad que nos están quitando.
San Agustín decía: “Nadie puede ser perfectamente libre hasta que todos lo sean”. Pues esa es nuestra victoria, la libertad de todos.