domingo, 1 de noviembre de 2020

Positivo, negativo, aislamiento. Es tiempo de ello.

 Han pasado mas de 6 meses desde mi última entrada. Es curioso, porque podría titularse igual: cartel que emociona. Pero por no repetirme, he puesto ese otro título. La situación social no ha cambiado. Nos ha dado respiro unos meses, pero la pandemia avanza entre nosotros. En casa estamos viviendo esta situacion asi como la describo a continuación. 


Después de varios días con unas décimas y cansancio, la fiebre sube. Una llamada al teléfono de información de coronavirus y nos dicen que tratemos de contactar con el médico y de momento aislamiento del resto de la familia. Al día siguiente, después de varios intentos, logramos que nos citen para que nos llame el médico. La fiebre sigue alta, y por fin suena el teléfono. Diagnóstico: baja laboral y pruebas PCR, junto al Paracetamol. Y seguir en aislamiento. Ya había preparado el dormitorio y el baño para él. Mi hija y yo continuamos nuestra vida "normal". A los 4 días nos confirman diagnóstico: mi  marido es positivo en Covid19. Otra nueva fase, ya que tenemos que hacernos las pruebas mi hija y yo. Y ahora sí, nosotras también confinadas en casa por el momento. Estos días te vienen muchas dudas. Junto al desinfectante rondan las preguntas ¿Lo tendré yo, este cansancio, ese dolor de cabeza es normal o es algo más? 

Pero ante las dudas y las preguntas que acechan la mente, el corazón se dilata para trabajar con más interés. Preparo la bandeja más bonita que tengo, adorno el plato con la comida hecha con esmero, la medicación en una bandejita, y esa mesa de camping en el dormitorio para hacerlo más llevadero. Así, mi marido permanece aislado y recuperándose de la fiebre.
Cuando te hacen la prueba y te llaman para decirte que tu hija es positiva, pero asintomática, y que yo soy negativa, lo primero que se me ocurre es escuchar a fondo a la "rastreadora" que me está hablando. Su tono es andaluz, le pregunto de donde es y me intereso por ella, por su nombre, le hablo con cariño y nuestra conversación se torna distinta. Sin conocerla, le piropeo (¿a qué mujer no le gustan los piropos?). Después de un ratito hablando, se despide dándome las gracias por esta conversación, que ha pasado de profesional a amistosa. “Me has alegrado la tarde”, me dice.

Ahora comienza otra nueva fase: tenemos que aislarnos los tres. No podemos convivir. Ahora preparo dos bandejas de comida y yo como sola en el salón. El aislamiento no supone olvidarte del mundo. Así, atiendo los problemas de una amiga que necesita ayuda con los estudios de su hijo. Una llamadas telefónicas y mensajes y se soluciona enseguida. Pero esto da pie a contar que estás en aislamiento. Entonces, al día siguiente, y por sorpresa me llaman al portero, es la hija de una vecina: “en el ascensor te mando una cosa”. Mi sorpresa al abrir el ascensor: una enorme cesta llena de rica fruta y una preciosa carta dándonos ánimos y cariño. Siento una gran emoción. ¡¡Es el amor que vuelve y cargado de vitaminas!!!!

Seguimos cada uno en una habitación, pero sentimos que son momentos de rezar más, de leer,  de aprovechar para hacer lo que nunca tienes tiempo. Por ejemplo, recopilar y pasar los vídeos a digital. ¡¡¡Estoy haciéndome una experta!!! Así lleno mi tiempo estos días, y dicen ¡que soy negativa!!





 


viernes, 17 de abril de 2020

Carteles que emocionan


Es una pequeña tienda de barrio de mi ciudad: Talavera de la Reina. Está regentada por una familia de Bulgaros. Además de sus productos típicos, venden pan casero. Y han colocado en la puerta un letrero que cuando lo lees emociona. No es habitual este tipo de carteles, pero tampoco es habitual la situación que estamos viviendo confinados en casa. Por eso, este tipo de carteles además de emocionar, podrían ser ejemplo de una sociedad en la que la convivencia y el día a día generan solidaridad. Gracias.

viernes, 27 de marzo de 2020

las cartas llegan al hospital

http://ciudadesporlafraternidad.blogspot.com/2020/03/las-cartas-llegan-los-enfermos.html
Casi todos hemos recibido un whatsapp donde nos contaban la iniciativa de mandar cartas de apoyo a pacientes ingresados y aislados con COVID19. Ante la invasión de mensajes, quizás dejamos pasar este y no hicimos caso. Pero hay muchas personas que si hicieron caso. Los enfermos están recibiendo cartas de animo, de cariño, de cercanía...

Así nos lo cuenta Beatriz, que hoy le han entregado esta preciosa carta en su habitación del hospital donde está ingresada y aislada. Ella estaba emocionada y contenta de compartirla con todos. Gracias Rafa por escribirla. 


sábado, 14 de marzo de 2020

Aplausos

 Hoy he bajado por pan y en el súper de al lado de casa estaban las cajeras agotadas. Además la gente un poco borde con ellas. De repente me he arriesgado y acordándome de aquello "..a Mi me lo hicisteis",   he dado uno de esos vozarrones míos y he pedido en alto un gran aplauso por estas mujeres y hombres que están no solo trabajando, si no más bien haciendo una labor social para la población. No paran de reponer y están agotadas. Hemos aplaudido un rato y se han emocionado y dado las gracias. No he podido evitarlo. Soy así de espontánea😷

miércoles, 11 de marzo de 2020

Siempre emocionan: gracias Gen Verde

Sin talleres, sin concierto, sin actividades, y sin embargo anoche la emoción colmaba mi alma. Era una despedida rara, apenas habían llegado y ya se iban.  
Los acontecimientos precipitaron la suspensión de toda actividad para tener que volver a Italia. Pero, ¿Porque entonces esa emoción que me hacía empañar mis ojos?

A veces no sabes lo que tienes que hacer, hay situaciones que no puedes evitar o simplemente yo las haría de otra manera. Pero esta vez para la "gira" en la ciudad no se contaba conmigo. Una extraña sensación rodeaba mi cabeza. He llegado a sentir vértigo, y sin poder hacer nada.

Entonces, Porque esa emoción? 
Sientes que hay un Padre por encima de nosotros, un Padre que tiene todo previsto, que sabe lo que necesitamos y que nunca deja solos a sus hijos. Este sentimiento de ver la mano de Dios en los acontecimientos derrumbaba mi humanidad. Ahora entendía todo. Ellas y su amor por cada uno de nosotros, atrae al Amor de los Amores haciéndolo presente hasta poder notarlo. Esa era la emoción: Jesús pasó ayer tan cerca que derretía mi frío corazón. Gracias GenVerde!!!

martes, 28 de enero de 2020

¿Adoctrinar en el colegio? No, gracias.

He leído esto  y me ha gustado. Quizás nos ayude a reflexionar.
“No se necesita adoctrinar en ideología de género para enseñar a respetar a las personas con sentimientos LGTB, igual que no se necesita adoctrinar en comunismo o socialismo para enseñar a respetar a los obreros. Ni un colectivo ni otro requiere asignaturas ni talleres específicos ni romper la neutralidad ideológica del Estado: basta con enseñar a respetar a todas las personas. Hay que insistir en que la ideología de género no es ciencia, sino una ideología particular, igual que no era ciencia, sino ideología particular la asignatura de «Comunismo Científico» que se enseñaba en las escuelas de dictaduras comunistas. La escuela no debe ser tampoco lugar de experimentación sexual. Son las familias las responsables de la educación sexual y afectiva: ellas conocen a sus hijos, su crecimiento biológico y su madurez. La escuela en todo caso puede colaborar con los padres, no sustituirlos ni mucho menos contradecirlos en temas de valores”
Fuente:  https://www.forumlibertas.com/derecho-de-los-padres-a-educar-a-sus-hijos/