martes, 18 de mayo de 2021

"En modo Telematico"

Hace unos meses he comenzdo a colaborar con  un articulo mensual en la revista Ciudad Nueva. Os hago participes de estos articulos a traves de mi blog. 

https://www.ciudadnueva.com/articulo.php?articulo=3447

 ¿Qué es una comunidad local? En palabras de Chiara Lubich: «Crear la comunidad significa aprovechar cualquier ocasión (el teléfono, los encuentros, la correspondencia, los actos de amor concretos, reuniones, etc.) para establecer relaciones, entablar amistades, “cultivar los corazones”... Solo de este modo nosotros somos nosotros, el Movimiento es lo que debe ser. Solo así nuestra espiritualidad es como el Espíritu la quiere: vivida en compañía, comunitaria, colectiva» (Chiara, 27/12/1990).

 
Entonces, siguiendo nuestro recorrido, hoy el destino es Islas Canarias. Comenzamos hablando con Patricia y Antonio, de Las Palmas G.C., y nos cuentan que su comunidad local en tiempos de pandemia ha visto reducida la actividad como grupo, aunque se han activado otros mecanismos de comunicación que les permiten seguir conectados. El móvil y el ordenador son herramientas protagonistas del poder vivir unos por otros. Pero ha surgido el inconveniente de que no todos tienen práctica en su utilización. Así que han tratado de hacer el esfuerzo de ayudarse a usar el móvil, que es la herramienta que más a mano tienen todos. «Hacemos capturas de pantallas –dice Patricia– con los pasos a seguir para usar en una conexión, y así van perdiendo el miedo a usarlo. Lo importante es que todos puedan aprender a usar las nuevas tecnologías, que en estos momentos sirven para “acercarnos”.  Así, en cuanto surge una necesidad, una alegría, una noticia que compartir, nos las contamos enseguida y con libertad en el chat de la comunidad. Por ejemplo, surgió la necesidad de ayudar a tramitar unos papeles y acompañar a una familia para solucionar algunos asuntos personales. Buscamos entre nosotros quién podría acompañarlos y orientarlos. No todos podemos acompañar personalmente, pero entre nosotros se crea la ocasión de rezar unos por otros para que se puedan solucionar los tramites que a veces se vuelven engorrosos. Uno ayuda y otros detrás empujamos con la oración, pero todos sentimos que vamos juntos». 
 
Ana y sus amigas Susana y Ana son parte joven de esta comunidad, y escuchando a otros jóvenes de otras localidades se dieron cuenta que ellas no se estaban implicando en su comunidad. Se empiezan a preguntar donde podrían ser útiles ya que no conocían las necesidades concretas del grupo. Entonces cada una graba un video ofreciéndose para lo que puedan necesitar: hacer compras, enseñar a usar el móvil, o cualquier otra cosa. Sus hermanos pequeños las escuchan y quieren también colaborar en esta acción. Enseguida una persona le pide ayuda para usar el ordenador y conectarse a una reunión. Ana grabó un video con las explicaciones concretas y se lo mandó. Aun así, el día que tenía que conectarse daba error. Enseguida llamo por teléfono y lo pudieron solucionar. Luego fue ella la que recibió un video donde le daban las gracias por la ayuda. Se han creado vínculos afectuosos más allá de las barreras de la edad. «Cuanto más nos conozcamos ­–dice Ana– más me ayudará a amarla mejor y más concretamente».
 

En Tenerife hablamos con Luz Mari y Julián. Su comunidad, como la mayoría en estos momentos, realizan encuentros telemáticos, usando aplicaciones de video llamada. Al principio parecía difícil, pero ahora descubren que durante la hora que están conectados ha ido creciendo la relación entre ellos, y sobre todo la fidelidad a la asistencia. Tienen su calendario establecido y todos saben cuándo toca video llamada, y esperan ese momento con ilusión. Algunos miembros de la comunidad trabajan con las generaciones jóvenes e involucran a las familias para vivir la palabra de vida cada mes. Luz es voluntaria en Manos Unidas y vive en primera persona los problemas de las personas que llegan en patera. «Es duro –cuenta– conocer las dificultades que sufren no solo en el viaje para llegar a la isla, sino todo cuanto rodea la vida de estas personas, a los que llamamos “inmigrantes”». A pesar de todo, vive su voluntariado con el deseo que esto pueda resolverse. A veces piensa: ¡qué poco estamos haciendo! La fidelidad del encuentro mensual y compartir esos momentos, les hace sentir que, en Tenerife está presente el Movimiento de los Focolares.