En dos días consecutivos mis retinas han visto por televisión a personas rezando. Los primeros asistían a una celebración eucarística, donde, emocionados y doloridos, despedían a su hijo asesinado en misión de paz. Unos padres y hermanos que compartían la vida y la muerte ante un sagrado misterio, ante una mesa, dónde rememoraban la muerte y resurrección del Hijo de Dios, algo que los que tenemos fe, nos consuela, nos alienta y alimenta.
Otros, organizaban un desayuno con oración. Una oración elevada a no se que o quien, quizás una oración al viento, que dicen es dueño de la tierra. Lo primero para rezar es tener fe. Y desde luego esta oración no era rezada en ningún credo, o fe. Era una amalgama de palabras, donde se hablaba de libertad y verdad, de paz, de tolerancia, de esperanza.
Una plegaria reivindicativa y fría, una plegaria que esta dando mucho que hablar, pero que sin ninguna duda, se la llevará el viento porque son palabras vacías de contenido. Oír hablar hoy a Rodríguez Zapatero de libertad, tolerancia, paz, esperanza me produce tristeza. Porque ahora en España se esta viviendo sin libertad, sin tolerancia, sin paz y sin esperanza.
Cerraré los ojos, haré descansar mis retinas de esta hipocresía y en silencio interior haré mi oración. Y pediré también por ti, sr. Presidente, que algún día descubras que la libertad no hace la verdad, sino que la Verdad nos hace Libres.
Otros, organizaban un desayuno con oración. Una oración elevada a no se que o quien, quizás una oración al viento, que dicen es dueño de la tierra. Lo primero para rezar es tener fe. Y desde luego esta oración no era rezada en ningún credo, o fe. Era una amalgama de palabras, donde se hablaba de libertad y verdad, de paz, de tolerancia, de esperanza.
Una plegaria reivindicativa y fría, una plegaria que esta dando mucho que hablar, pero que sin ninguna duda, se la llevará el viento porque son palabras vacías de contenido. Oír hablar hoy a Rodríguez Zapatero de libertad, tolerancia, paz, esperanza me produce tristeza. Porque ahora en España se esta viviendo sin libertad, sin tolerancia, sin paz y sin esperanza.
Cerraré los ojos, haré descansar mis retinas de esta hipocresía y en silencio interior haré mi oración. Y pediré también por ti, sr. Presidente, que algún día descubras que la libertad no hace la verdad, sino que la Verdad nos hace Libres.
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