domingo, 26 de septiembre de 2010

Estamos de celebraciones...

Estos días son las fiestas de San Mateo en mi ciudad. Por las tardes, el comercio cierra sus puertas y no hay actividad empresarial para poder facilitar que los ciudadanos disfruten las ferias y fiestas en honor a San Mateo. Actuaciones musicales, verbenas, fiesta taurina, y distintas atracciones adornan el recinto ferial. Todos tratan de pasarlo bien, divertirse. Estos días he llevado a mi hija pequeña a la caseta infantil a media tarde. Exactamente eran las cinco y media de la tarde. El paisaje juvenil en la alameda previa al recinto ferial era asombroso. ¡¡Cuánto jóvenes a esas horas por allí!! Pero mirando más atentamente pude observar el lamentable estado que la mayoría de ellos presentaban: bastantes cañas, calimochos y cubatas habían compartido ya a esas horas. Tumbados en el césped indicaban el “cansancio etílico” que sus cuerpos soportaban. ¿Qué les ha llevado a estar así? Seguramente CELEBRABAN las fiestas de San Mateo. Pero seguramente si entre esos miles de jóvenes preguntase quien era San Mateo, seguramente no encontraría alguno que lo supiera. ¡¡Qué cosas!!
Venía pensando todo esto al volver del recinto ferial, y contrastaba con la realidad que estos días vivimos en Familia. Nuestros hijos mayores, en edad similar a los jóvenes del parque, están de viaje relámpago en Roma para la Beatificación de una joven de 18 años. Han ahorrado, hemos ahorrado todos para decir verdad, y poder comprar los billetes de avión demás gastos que suponía el viaje. Se han privado de algunas cosas, para disponer del dinero necesario. Y sobre todo, han viajado ilusionados para participar y CELEBRAR que la juventud es una etapa de la vida preciosa para hacerse santos. Que hay una vida sola, que no se puede malgastar, que la felicidad se alcanza cuando se gasta la vida amando a cada persona que pasa a nuestro lado. Y esto es la verdadera alegría que brota de la mirada de la joven Chiara Luce Badano, proclamada Beata el 25 de septiembre de 2.010. Es decir este sábado pasado.
He podido seguir los actos de beatificación y celebrar los acontecimientos a través de Internet. He visto miles y miles de jóvenes en Roma CELEBRANDO la santidad. Y si preguntara a alguno de ellos ¿Qué celebráis? Sí sabrían responder: celebran que Chiara Luce es un ejemplo a seguir por ellos, que el dolor y el amor se puede vivir cada día de nuestras vidas.
También el rostro de estos jóvenes estaba cansado y algunos sentados en el suelo, ya que muchos de ellos han realizado un viaje de muchísimos kilómetros y en pocas horas. No han querido perderse vivir en directo este momento tan importante para todos. La Iglesia CELEBRA que una joven (estos días cumpliría 39 años) ante el dolor de la enfermedad ha sabido vivir y transformar cada momento en Amor y llevar a todos a la presencia de Dios. A sus amigos les solía decir: “cuantas veces pasa Dios a nuestro lado y no nos damos cuenta”.
Sus últimas palabras fueron para su madre: “ciao mamá, se feliz porque yo lo soy”.
Nuestra juventud CELEBRA todo, unos cuantos algo sin sentido y con alcohol; y otros cuantos con la ilusión de formar parte de una generación de santos. Y lo mejor es que a unos y a otros Dios les ama inmensamente con amor de Padre Misericordioso. Y TODOS están de CELEBRACIONES porque es tiempo de Celebrar.
Todos tenemos una vida sola, ¡¡gastémosla bien!!

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