sábado, 10 de marzo de 2018

Leido en La voz del Tajo


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MUJER: por Elena Paniagua Barroso


Me explota el sentido común leyendo el manifiesto de la Huelga del 8 de marzo, que incita a las mujeres a no hacer nada.
Se mezclan en un mismo párrafo la libertad de movimiento dentro y fuera de Europa con fomentar la memoria histórica y la reparación de víctimas de racismo.
Se habla de la devolución en caliente de inmigrantes por “mera conveniencia administrativa” y que el cierre de fronteras deja a mujeres y niñas en situación de especial vulnerabilidad y que éstas mismas fronteras generan desigualdades y se mantienen en base a políticas racistas y de dominio colonial…(y también a los hombres, pero siempre existieron fronteras, es la delimitación de un país con otro para que haya un orden)
Pero si hay un eje central a lo largo de todo el manifiesto es el de la sexualidad.
Para que se “reconozcan nuestros cuerpos y la sexualidad como sujetos de placer”, “todos los cuerpos son eróticos”, “que se nos eduque en la diversidad….promoviendo el placer sexual y autoconocimiento de nuestros cuerpos”, “poder expresar libremente nuestros deseos y nuestra erótica”, “para que nuestros derechos sexuales y reproductivos estén reconocidos”, “poder exigir al Estado, a la jerarquía católica y a los poderes patriarcales libertad para tomar decisiones sobre nuestra sexualidad…queremos ser dueñas de nuestros cuerpos”, “porque se contemplan nuestros cuerpos y nuestra sexualidad como objeto y no como sujeto de placer por tanto se limita la expresión de nuestros deseos y nuestra erótica”.
Pensé que iba a encontrarme con más invocaciones a los derechos laborales, igualdad de sueldos, corresponsabilidad en tareas domésticas, la importancia del respeto en la educación, la defensa de la Mujer en todas sus dimensiones…pero no, me encuentro con un alegato solicitando casi de forma explícita que en las aulas y en cualquier rincón del planeta,  permitan ciertas exploraciones, que como madre de tres chicos y una chica, me ruboriza dramáticamente.
Permítanme decirles señoras feministas que yo no mando a mis hijos al colegio para que les enseñen sexualidad (eso se aprende según crecen y en la intimidad).
Y permitan que les hable de otro tema al que atacan continuamente.
De las primeras mujeres que defendió  la igualdad intelectual entre hombre/mujer fue Teresa de Cartagena, religiosa del S XV; en México encontramos escritos feministas revolucionarios para la época  (S XVII) en los textos de Sor Juana Inés de la Cruz, “de acuerdo con la mayoría de los filólogos, Sor Juana abogó por la igualdad de los sexos
 “Toda forma de discriminación debe ser vencida y eliminada…no se puede negar a la mujer tener acceso a una educación y a una cultura iguales a las que se conceden al hombre” (punto 29 Gaudium et Spes; año 1965 documento resumen del Concilio Vaticano II)
El Papa  Pío XII (1952)  señala a las mujeres el "deber de conciencia" de no permanecer ausentes, sino actuar en la vida socio-política para promover a la vez su dignidad de mujeres y el bien común de toda la sociedad. “la conciencia de la propia dignidad de la mujer, en cuanto persona, conlleva una vocación a colaborar con el hombre para el bien de la sociedad: "Cada uno de los dos sexos (...) tienen el derecho y el deber de cooperar al bien total de la sociedad". Finalmente, Pío XII alienta a las mujeres a asumir su rol socio-político tanto en las tareas intelectuales como en el compromiso práctico
La presencia social de la mujer, (Papa Juan XXII) descubre en ese fenómeno contemporáneo una tendencia social favorable a la dignidad humana, e incluso la interpreta como un verdadero fruto de la propia tradición cristiana: "Es un hecho evidente la presencia de la mujer en la vida pública. Este fenómeno se registra con mayor rapidez en los pueblos que profesan la fe cristiana, y con más lentitud, pero siempre en gran escala, en países de tradición y civilizaciones distintas. La mujer ha adquirido una conciencia cada día más clara de su propia dignidad humana. Por ello no tolera que se la trate como cosa inanimada o mero instrumento”.
Si hay una institución que ha cuidado de niñas violadas o vendidas por su familia en países subdesarrollados, ha sido la Iglesia, creando escuelas y centros de acogida, por tanto dejen de atacar a la Iglesia de forma gratuita en sus documentos, no tienen razón.
Y caigo en la  cuenta de la gran diferencia en el discurso, la Iglesia habla de dignidad humana y ustedes hablan de libertad en la sexualidad, erotismo etc.
Soy católica, mujer, madre,  me gusta escribir, he participado en cursos de verano de la UCLM, en mesas de trabajo con conferencias sobre la Familia y nunca, repito nunca me sentí coaccionada, ni pisoteada, ni mi vida sexual  se vio forzada. Nunca he consentido que nadie calle mi voz y sí, he sufrido censura en otros temas, pero no en lo que respecta precisamente a mi condición de mujer.
Y les diré más, tengo la mala costumbre de hablar mucho con mis hijos y déjenme decirles que no lo están haciendo bien,  a los chicos jóvenes no les gusta cómo evoluciona el tema feminismo.
El trabajo por la igualdad entre hombre/mujer debe hacerse en las instituciones, pero no ridiculizando al hombre como está sucediendo en muchas campañas televisivas, ni tirando por tierra a los hombres.
La tarea de la igualdad debe ser regulando leyes reales que se lleven a término y sean efectivas dentro de la sociedad, protegiendo a todos y cada uno de los ciudadanos de cualquier tipo de  violencia  y no imponiendo por bandera como fin del feminismo la “sexualización” de todo y de  todas.
El trabajo por la Igualdad debe ser pacífico y consensuado y sobre todo no convertirlo en una guerra dialéctica de unas contra otros porque al final toda guerra, provoca rechazo y en esto precisamente han convertido todo este tema: en una guerra
Ciertamente hay cosas que no me gustan, pero nunca criminalizaré a los hombres por ello, la sociedad no está bien configurada pero debemos cambiarla educando a nuestros hijos en esa igualdad tan necesaria como irreal  para un mejor funcionamiento de la humanidad.  

1 comentario:

  1. Gracias Mariaje por compartir esto. Espero que muchas mujeres que trabajan por la dignidad de la figura femenina, se planteen erradicar de su discurso el odio hacia el hombre, la defensa de la dignidad de la raza humana y la educación en el respeto y el amor de niñ@s y jóvenes

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