sábado, 13 de enero de 2018

Crónica de Bele..enes

Aunque ya se han pasado las Navidades, no quería dejar en el olvido algo muy especial que he vivido este año. 
Días previos a la Navidad, supe que la concejal de educación vendría a mi parroquia para dar el pregón de Navidad a través de la asociación de Vecinos. Me encantó la idea y por supuesto asistí esa tarde a escucharle, aunque no pude quedarme mucho tiempo por tener que asistir a una consulta medica.
Me emocionaron sus palabras salidas del corazón. Recordaba el verdadero sentido de la Navidad: Dios se hace niño y habita entre nosotros. Estos días le suponía recordar también a los que ya no están con nosotros, pero nos animaba a vivir la Navidad disfrutando estos días en familia.
Reconozco que me decepcionó la poca asistencia de mis parroquianos, de mis vecinos. Además hubo una coral interprendo villancicos que cantaron muy bien.

Unos días después, recibí la llamada del secretario del Consejo Escolar Municipal, para decirme si podría formar parte del jurado del 1er certamen de Belenes de la ciudad. Me suponía trastocar mis planes durante unos días, pero me pareció una oportunidad para conocer más a las asociaciones, colegios, entidades, y familias que habían realizado sus “belenes” recuperando así una tradición muy nuestra.
  
 Han sido unos días preciosos, donde he comprobado la ilusión de muchas personas que ponen todo cuidado y empeño para “montar” el belén.


 Había muchos estilos: tradicionales; clásicos; modernos; artesanos; con material de reciclaje;  con materiales originales: fregonas;  con piedras;  otro gigante de cartón; los más pequeños y diminutos que pudieras pensar…

Para mí ha sido muy difícil valorarlos, todos tenían algo especial. Me emocionaba viendo pastores ciegos o en sillas de ruedas que habían sido elaborados con manos artesanas de jóvenes con otras capacidades. O la ilusión de todo un Instituto que había colaborado haciendo el belén con figuras gigantes de cartón.  Podría contar más de 20 historias distintas, las que escondía cada belén que hemos visitado, pero la historia más bonita es común a todos: se acercaba la Navidad, y había que demostrar a todos que un niño nació en un pesebre y el mundo entero fue a adorarle. La historia del hombre cambió con ese Nacimiento.
Personalmente me ha supuesto un privilegio vivir intensamente estos días, no lo cambiaría por nada. Doy gracias por haber podido compartir estos días el trabajo de Maivi y además disfrutar juntas de los maravillosos belenes de nuestra ciudad.

Y para el próximo año, ¡¡mucho más!!

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