martes, 25 de noviembre de 2014

Yo estuve allí y dije Si a la Vida

1200 voluntarios, 500 autobuses de toda España… mi marido, mi hija y yo estuvimos allí. No entro en más datos ni números, sólo en la realidad de lo que el sábado 22 de noviembre se vivió en Madrid estando yo presente. Una fiesta familiar diciendo en voz alta que no estamos a favor del aborto, que a cambio ofrecemos ayuda a las mujeres que siendo valientes, deciden ir adelante con su embarazo imprevisto, no deseado o simplemente ese embarazo que trae una vida humana y no esta arropado familiar o socialmente y puede verse abocado al aborto. Precisamente nuestro himno para ese día fue: mujer no estás sola, aquí estamos para ayudarte, para acompañarte, basta que lo pidas. Y es verdad, pero falta que esta ayuda sea no solo a través de voluntarios, de instituciones sin ánimo de lucro, de personas que creen en la vida y en cada vida concebida, si no que las instituciones, que desde el gobierno, se legislen leyes de apoyo, de ayuda a la maternidad, a la mujer embarazada. En estos momentos, una joven con embarazo imprevisto, si  decide ir adelante con su embarazo, en contra incluso de su entorno, no encontrará ningún apoyo por parte del estado. No le queremos, parece decirle el gobierno, a  nosotros no nos interesa que nazca tu hijo. Te pagamos el aborto, pero nada más.
Entonces es donde una red de voluntarios, de personas que defendemos la vida de cada ser, te decimos: ¡¡no estás sola, ya queremos a tu hijo!! Y comienza el dispositivo de ayuda, de cariño, de acompañamiento, de solidaridad, de todo lo que necesites. Porque más allá de las leyes que encubren ideologías, siempre habrá personas dispuestas a ofrecer el respeto y la cultura de la vida. En Red Madre las encuentras 24 horas al día.

 Una vida que comienza en la concepción y acaba en la muerte natural.  Pero eso no es suficiente, tenemos que pedir que desde las instituciones se legisle a favor de la vida. Que se proteja el no nacido, aquél al que parece no escuchar nadie, pero que tiene sus derechos. Un hijo no es un apéndice de una madre, ni de un padre, es una vida única e independiente que necesita desarrollarse adecuadamente. Y mientras desde el gobierno no entienda esto, estaremos encubriendo ideologías basadas en falacias. Ser progresista no es matar, quitar de en medio y seleccionar vidas. Porque nadie es dueño de la vida. Hoy puede molestar la presencia de un bebe no deseado, y mañana ¿el anciano sólo, el enfermo, el discapacitado, el pelirrojo, el gordo, el flaco…? Seleccionar la vida es el error más grande que podamos cometer. Aún estamos a tiempo de no abrir puertas equivocadas.  Y si se abren, no las atravesemos. Tomemos otro camino. Siempre hay otra oportunidad. 

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