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Ha pasado mucho tiempo sin sentarme a escribir. No eran falta de ganas, pero si de tiempo. Han ocurrido varias cosas importantes: la Arandada en Jaén. Un día maravilloso de compartir y reunir a todos los Aranda. 

Fuimos mas de 40, de todas las edades, y hacía tiempo que no nos veíamos. Contábamos con un lugar adecuado, con el tito Pepe que recopiló todo el "condumio y la bebanda", con la tita Loly y su chocolate, torrijas y rosquillas. Ah, la sangría riquísima. 
Los que llegaron de Brasil, de Alicante, de Valencia, de todas partes ilusionados para disfrutar de un día en la gran familia Aranda. 

Manos "expertas" prepararon la paella, y no faltó la espectacular barbacoa aireada hasta sacar ampollas. Todo se regó bien para que no faltara de nada, y se llegó hasta la noche con otra barbacoa bien churrascadita. No faltó de na, pero na de ná. Nos reímos mucho, cantamos y bailamos, y recordamos nuestras aventuras familiares. 

Entre las que limpiaron todo, las que fregaron y recogieron, los que comieron dando cuenta de lo rico que estaba todo... todo contribuyó a construir entre todos un día inolvidable.  


Al día siguiente nos juntamos muchos Domínguez para degustar la rica farofa brasileña preparada por  José  Luis, y no falto la "caipirinha" y las ricas pasoquinhas 

  Así disfrutamos un fin de semana familiar muy agradable e inolvidable. 

Pero después llegó la Semana Santa, dias de procesiones, arte, y devoción. Terminando el domingo de Resurrección con la comunión de nuestra pequeña Marta. 

Otro día precioso, sencillo y familiar que no olvidaremos, pues nos arroparon todos nuestros amigos y vecinos que ese día podían estar cerca con nosotros. 

Y como no, durante mas de 20 dias disfrutando de nuestros hijos en casa, de los de Brasil y los de aquí, todos en casa, en familia y disfrutando de la pequeña Maria Teresa que nos ha hecho sentir la belleza de tener de nuevo un bebe en casa. 
Sentirse abuela, madre, esposa, hermana, nuera.. todo un estado familiar en estos intensos dias que nos han dejado unos recuerdos imborrables y maravillosos.  Unos dias en los que sientes el orgullo de tener una gran familia.