sábado, 19 de abril de 2014

Sabado Santo

Es el día del silencio. Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.

Cuando te asalte la soledad; cuando pienses que nadie te quiere; cuando a tu sufrir parezcan ridículas las palabras de consuelo; cuando el apretón de manos no te diga nada; cuando el dolor te golpee con su absurdo; cuando no entiendas nada y corras el riesgo de enloquecer y desesperar; cuando creas que Dios te ha abandonado y sientas la tentación de la rebeldía... piensa en María, tu Madre, Nuestra Señora de la Soledad.

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