sábado, 23 de abril de 2011

Sabado Santo: Maria Desolada

María está sola. Sola con su hijo-Dios muerto. ¿No es un abismo de angustia insondable, un tormento infinito? Sí, pero Ella estaba de pie, firme, y de ese modo se convierte en un ejemplo excelso, un monumento de todas las virtudes. Ella espera, cree: las palabras de Jesús, que durante la vida anunciaban su muerte, pero también su resurrección, otros las han olvidado; pero Ella no las ha olvidado nunca: conservaba todas estas y otras en su corazón y las meditaba (cf. Lc 2, 51).
Por eso no sucumbe ante el dolor; espera.

1 comentario:

  1. En esa esperamos nos encontramos muchas veces, sin saber porqué, ni para qué, pero seguimos esperando.

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