Con asombro he presenciado la instalación de unas gigantescas falsas “farolas” en nuestra ciudad. Se pueden encontrar en las proximidades de varias rotondas (Paseo de la estación con Fco. Aguirre por ejemplo). Y digo falsas porque lo que se puede ver desde ellas no es una potente luz para la ciudad. Son cámaras de televisión en circuito (imagino cerrado). Nos vigilan, oiga. Pero el asombro continúa cuando me dirijo al centro de salud de mi zona, y compruebo también la existencia de otras cámaras de televisión que me graban mientras espero mi turno para ser atendida por el médico. El gran Hermano ha llegado a Talavera. Cuidado, cuidado que nos miran, nos graban y hemos perdido toda intimidad. Eso si, hemos pasado todos de ser ciudadanos a ser artistas de televisión. Aunque me queda una gran duda: ¿Quién les permite grabarme sin mi consentimiento? Imagino que alguna ley (vivimos en la etapa mas legislativa que yo recuerdo) lo regula. Enhorabuena talaveranos, ya formamos parte del Show televisivo
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