Pues ahora está abierto para dar
a conocer mi nueva situación: ¡¡ soy abuela!!
Así dicho suena a palabrería, a ¡qué
más da! … pero sentir de nuevo el llanto de un bebé, abrazar la fragilidad,
envolver de cariño la pequeñez, sentir el latir de un corazoncito, trasmitir
seguridad, canturrear viejas canciones, trasnochar, madrugar… y un sinfín de
cosas más se encierra en la magia de ser abuela.
Durante unos días, pocos, pero al
menos unos días, he podido derrochar mis abrazos, mis mimos, mi sentimiento de “abuela”…
, mi cariño entre ellas: mi hija y mi nieta.
Ahora toca la distancia, sentir
que lejos es cerca, que allí es aquí, que una son “dos”, y que cada momento que
pasa quisiera estar a vuestro lado. Por eso no dejo de tener la cabeza y el corazón
en varios sitios, sin mezclas, tratando de desvelar lo que la retina guarda para
recrearme viendo lo que vi, y escuchando lo que oí.
Es difícil que los dedos y el
teclado expresen lo que el corazón siente, las palabras tampoco son capaces,
por eso, es mejor que termine este breve, pero intenso post.
Muchas gracias, Maria Jesús, por sus palabras, sentimientos de amor e cariño (de una nueva abuela) expresos en este post. Heloísa (Eli) Brasil
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